Los padres y alumnos del colegio Miquel Capllonch se concentraron a las 8.30 horas para reivindicar que desde que se trasladaron al nuevo centro están sin luz por lo que tienen que funcionar con una alteradora. La directora del centro, Cati Gamundí, explicó que «no tenemos ordenadores, teléfonos ni internet por lo que cuando salimos del centro tenemos que trabajar desde casa». El gerente del Institut Balear d'Infrastructures i Serveis Culturals (Ibisec), Andreu Obrador, se comprometió ayer a solventar el problema en 15 días y lo atribuyó a problemas burocráticos.
En Llubí, padres, alumnos y políticos protagonizaron otra manifestación. Los más pequeños se vistieron de obreros para pedir a la constructora que la ampliación del Duran Estrany esté acabada en septiembre. «Excepto dos aulas el resto están desplazadas. Queremos que se pongan las pilas para que los pequeños no tengan que volver a estar en aulas prefabricadas en plena calle», dijo el presidente del AMPA, Pere Alomar.
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