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MARTA MEDRANO
La juez del juzgado número 2 de Inca Pilar Anguita tomó declaración ayer al responsable de la inmobiliaria catalana Castellvi , Joaquín Castellvi, imputado en el caso Yanko por su supuesta participación en un delito de alzamiento de bienes que, según los abogados de los ex trabajadores de la empresa de calzado, habría cometido el ex propietario de Yanko Xavier Camp.

Castellvi explicó a la jueza que desconocía la situación de Yanko cuando esta empresa rescindió el contrato de arrendamiento de un local propiedad de esta inmobiliaria ubicado en el Paseo de Gracia de Barcelona. Asimismo, explicó que no sabía quién estaba detrás de la entidad Palau Arxapa SL, que fue la que se benefició de la operación inmobiliaria traspasando dicho local a la empresa Dolce&Gabanna. Según el abogado de los ex trabajadores de Yanko, Rafel Miquel, la entidad Palau Arxapa podría haber obtenido 1 millón de euros mediante esta operación aunque nunca los habría llegado a cobrar, ya que habrían quedado en manos de la inmobiliaria Castellvi.

«Nos han sorprendido que Castellvi reconociera que no conocía la solvencia de la entidad Palau Arxapa SL, detrás de la cual sospechamos que está el propio Camp», explicó ayer.

La jueza también había citado como testigo a Alfredo Dolce, de Dolce &Gabanna, que no acudió a declarar por residir en Italia. Aún así, los abogados solicitarán que declare cualquier representante de la filial española de esta empresa de moda. La agente inmobiliaria D.J. que se encargó de ceder el local a la empresa de moda declaró ayer como testigo.

Una de las claves de la denuncia interpuesta por los abogados de los ex trabajadores de Yanko es la entidad Palau Arxapa SL, que se sospecha era una sociedad «pantalla» que Xavier Camp presuntamente habría aprovechado para beneficiarse personalmente de la operación de traspaso del local situado en Barcelona. Al parecer la propietaria de dicho local, la inmobiliaria Castellvi, resolvió el contrato de alquiler de Yanko a favor de esta entidad fantasma, que posteriormente se habría beneficiado de del traspaso de dicho alquiler a la marca Dolce&Gabanna. Al margen de esta causa, los abogados también creen que Camp podría haberse lucrado con la venta de una nave situada en Llucmajor.