TW
0

La rivalidad entre los pueblos vecinos de Porreres y Montuïri ayer se volvió a hacer patente en el primer campeonato de juegos tradicionales entre montuïrers y porrerencs, celebrado en motivo de las fiestas de Sant Roc de Porreres y que tuvo lugar en la finca de Son Mas.

Todos los participantes tenían entre 14 y 41 años pero abundaban los menores de 20. El público se amontonaba cómo podía a la sombra de los chopos del torrente de Son Mas por protegerse del sol que caía encima del campo recién segado, el escenario de todos los juegos.

Aún así, la pista de las pruebas se aproximaba bastante a un auténtico estadio, más de lo que en principio cabría esperar. Y es que un sistema de megafonía, un bar para poder comprar refrescos y un tenderete de camisetas complementaban la pista y daban sensación de realismo a las pruebas, que hacían reír a todos los asistentes.

Diferentes juegos pusieron de manifiesto la lucha entre vecinos dentro de una sana rivalidad. Las carreras de sacos o la prueba consistente en empujar enormes balas de paja hicieron sudar a más de un concursante. Pero tras éstos juegos, otros más tranquilos permitieron descansar a los participantes: el concurso de tiro de herradura o las carreras de transporte de huevos hicieron de contrapunto a los desafíos más duros. Pero el sudor y las ganas de vencer al pueblo vecino no dejaron desfallecer a ninguno de los concursantes. Y así los porrerencs intentaron acortar sin éxito la ventaja que los montuïrers habían anotado en el marcador en las primeras pruebas.