Ayer se iniciaron las obras de substitución del colector de aguas residuales que conecta la depuradora de Pollença con el Port. Con esta actuación la Conselleria de Medi Ambient quiere evitar los vertidos de aguas fecales a la bahía que hasta hace poco se producían cada verano.
La obra, que durará ocho meses, tiene un coste de un millón y medio euros que financia íntegramente la Conselleria de Medi Ambient. El colector transcurre paralelo a la carretera que une Pollença con el Moll.
En total la tubería tiene una longitud de 4.264 metros y, una vez finalizada la obra, pasará de tener 400 milímetros de diámetro a 560 milímetros. Asimismo se mejorará la calidad del material de la tubería, que estaba fabricada con un compuesto corrosivo. El alcalde de Pollença, Joan Cerdà, destacó la importancia de esta obra durante la colocación de la primera piedra del colector: «La bahía de Pollença es un motor económico y no podemos permitirnos que en verano, cuando hay más gente, se produzcan vertidos de aguas fecales». Cerdà aprovechó la visita del conseller, Miquel Àngel Grimalt, para plantear la necesidad de iniciar un proyecto que aproveche el agua depurada con tratamiento terciario para regar los jardines del municipio.
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