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MARTA MEDRANO Un total de 18 bodegas de Consell, Sencelles, Santa Maria y Binissalem aprovecharon la carpa montada frente al Ajuntament para divulgar entre el público las cualidades de sus últimas producciones.

La feria de otoño de Consell abrió sus puertas pasadas las 10 de la mañana con un pasacalles a base de música y danza y las calles inmediaciones de la plaza Major se llenaron de tenderetes con todo tipo de productos. Como es habitual en las ferias que se celebran en esta época del año, los buñuelos, las castañas y la repostería triunfaron entre los asistentes. Más allá de la comida, también pudieron verse en la Fira productos de artesanía, plantas y objetos de decoración.

Una de las novedades de esta edición fue la muestra titulada «Consell, mirall d'un poble», situada en la calle Sant Bartomeu y que se convirtió en un escaparate de la maquinaria agrícola y de las motos antiguas. La feria culminó por la tarde con baile popular y la actuación de Txifon.