La residencia municipal de Artà tiene un déficit anual por persona de casi 5.000 euros y unos 405 euros mensuales. El centro social para mayores cuesta a las arcas municipales un total de 214.194 euros cada año. Esta situación económica ha provocado que el Ajuntament tomara medidas para paliar este importante déficit. Así el equipo de gobierno acordó subir la tasa de la residencia hasta un 10%, hecho que ha provocado quejas entre los partidos de la oposición.
El alcalde, Rafel Gili, justificó que «no hay ningún servicio municipal al que el Ajuntament tenga que aportar 405 euros mensuales por persona. La subida de la tasa es necesaria porque de lo contrario se podría dar la situación de tener que suspender el servicio en unos años por falta de recursos».
La residencia en estos momentos atiende un total de 44 usuarios. La gestión ahora es directa y controlada por un consejo asesor . Hasta hace unos años era regida por un Patronato. En la actualidad hay cuatro monjas que ayudan en el servicio. «Estas personas están las 24 horas del día y se debe prever el incremento de coste de personal específico que triplicará cuando no participen las monjas», apuntaba Gili. «Es por ello que lo mejor que podemos hacer es ir ajustando la tasa anualmente».
La residencia municipal todavía no está adaptada a la legalidad y por ello no puede acceder a subvenciones. «Ahora estamos adaptando las instalaciones a la normativa para acogernos a las ayudas. Se están adaptando baños y habitaciones para asistidos» comentaba Gili.
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