La casa en zona Anei de la sobrina del ex alcalde Sebastià Vidal está siendo investigada por presuntas irregularidades.

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GUILLEM MAS

La denuncia presentada contra el alcalde socialista de ses Salines, Sebastià Burguera, por irregularidades urbanísticas en una finca que posee en Campos ha abierto un frente de guerra entre el PP y el PSOE, con un cruce de solicitudes de expedientes de obras para verificar si se ajustan a la legalidad.

El hecho de que la denuncia formulada contra el alcalde se haya realizado desde un despacho de abogados de Palma próximos al PP ha provocado la petición de un alud de expedientes de obra de personas vinculadas a los populares de ses Salines y de Campos o familiares de los mismos.

Así, se han solicitado informes, ante presuntos indicios de infracciones urbanísticas en ambos municipios, de una casa de campo, con porche y piscina que posee una sobrina del ex alcalde de ses Salines Sebastià Vidal (PP), en el ANEI del Salobrar de Campos; de las obras realizadas por el ex secretario municipal del Ajuntament de ses Salines, en una casa que posee también en el ANEI del Salobrar; de ciertas edificaciones del ex alcalde campaner Andreu Prohens y de una vaquería reconvertida en vivienda que posee la hermana de la ex alcaldesa de ses Salines y actual portavoz del PP, Maria Bonet.

Como réplica a estas solicitudes, el ex alcalde Sebastià Vidal presentó hace seis días información acerca del expediente de obra de una edificación de la calle Marina Gran de ses Salines, propiedad del padre del alcalde socialista Sebastià Burguera.

El próximo miércoles 19 de diciembre tendrá lugar el pleno extraordinario solicitado por el PP para debatir la infracción cometida por Sebastià Burguera al haber construido 30 metros cuadrados sin permiso en una finca que posee en Campos. Además, el PP exigirá su dimisión al considerar que su permanencia en la Alcaldía supone una clara mala imagen para el municipio.

Así pues, ante este panorama, el pleno del próximo miércoles se presenta caliente. Los reproches mutuos serán la tónica general de una sesión plenaria extraordinaria en la que Burguera ha descartado, de momento, su posible dimisión.

Burguera ha reconocido en todo momento su infracción urbanística que ahora intenta subsanar poniendo su caso en manos de un arquitecto para, si es posible, legalizar la situación.