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GUILLEM MAS La polémica está servida. La Comisión Balear de Medio Ambiente del Govern ha dado vía libre a la construcción de un parque fotovoltaico de 14.832 metros cuadrados en Albadallet.

Este proyecto cuenta con la oposición de todos los partidos políticos con representación en el Ajuntament -Més Vilafranca (+Vi), PP y UM- que criticaron duramente que el Ajuntament no lo pueda evitar, porque no tiene competencias en la legislación de parques fotovoltaicos.

Además, los partidos rechazan este proyecto por su impacto ambiental y porque su ubicación no es la más adecuada.
El alcalde Jaume Sansó (+Vi) recuerda que, en relación a la legislación que regula estas instalaciones, «el Govern balear en la ley de acompañamiento de presupuestos de 2005, contempla que estos parques se harían vía interés general, dejando de lado a los ayuntamientos que ni tan sólo podemos aplicar nuestras competencias».

Sansó lamenta que desde el Ajuntament se pueden hacer pocas cosas, «a pesar que ya hayamos dicho que no estamos a favor del parque fotovoltaico en la zona donde se propone» y, por ello, eligió «la derogación del procedimiento actual para que los ayuntamientos podamos regular o evitar estas instalaciones en lugares poco adecuados y apostar por su ubicación en zonas ya degradas como canteras». En este sentido, también se manifiesta el regidor de UM, Antoni Nicolau, quien añade que «la zona de Albadallet es virgen; no estoy de acuerdo con este proyecto en esta zona rústica», decantándose por «otras zonas ya degradas o bien aprovechando tejares abandonados».