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El alcalde de Llucmajor, Lluc Tomás, firmó ayer un decreto por el que ordena que se clausure la antena de telefonía móvil de la calle Miquel Salvà 34.
De esta forma, el alcalde responde a la petición vecinal que habían suscrito alrededor de un centenar de ciudadanos que exigían que se clausurara este dispositivo. La antena, colocada por la compañía Vodafone, está camuflada como una chimenea para evitar quejas vecinales. El decreto que ha suscrito Lluc Tomás se basa en que la instalación carece de licencia municipal para operar, por lo tanto ordena que se retire de forma inmediata.

A partir de ahora, Vodafone tiene dos días para hacer efectiva la orden municipal. Si no lo hace, el Ajuntament tendrá que acudir a la vía ejecutiva para retirarla. El procedimiento consiste en notificar la sanción a Gesa para que la empresa eléctrica quite el suministro al dispositivo y lograr de esta manera que deje de funcionar.

Si el procedimiento llega a este punto, es previsible que se prolongue en el tiempo. Ahora mismo, otras tres antenas de telefonía móvil se encuentran en este punto dentro del término municipal de Llucmajor. En concreto, en la zona de bahías, se han cursado varias órdenes de cierre por parte del Ajuntament de Llucmajor. Las compañías de telefonía móvil han optado por no acatar la orden municipal, y por lo tanto su situación está ahora mismo pendiente de que Gesa haga efectivo el corte del suministro eléctrico.

Los vecinos de las inmediaciones de la antena camuflada se han movilizado durante las últimas semanas para pedir el cierre de la instalación. Entre las medidas que adoptaron, han dirigido una petición al alcalde, avalada por 105 firmas.

De forma previa al cierre, el Ajuntament ha comprobado que la antena emitía de forma efectiva, a través de una medición. Este tipo de inspecciones se realizan a través de técnicos del Consell Insular.