Elena Ballestero25/03/08 0:00
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Las obras de construcción de la segunda fase de la ronda de circunvalación del Port de Pollença concluirán previsiblemente a principios del próximo mes de julio. Y, a partir de esa fecha, el Ajuntament de Pollença planea la posibilidad de restringir el tráfico rodado en la primera línea de playa en determinados horarios, lo que servirá de prueba piloto antes de decidir las futuras inversiones que se harán en la zona y que posibilitarán un cambio total de imagen en el núcleo turístico.

El alcalde de Pollença, Joan Cerdà (UM-UNPI), explicó recientemente que «a modo experimental pensamos peatonalizar la primera línea en un horario determinado, podría ser de 9.30 a 19 horas (aún está por determinar), para ver cómo funciona antes de plantear una peatonalización completa». El alcalde explica que «la idea básica es la de que a partir de julio en las horas de mayor tránsito de bañistas la gente se pueda mover en bicicleta o a pie por toda la primera línea».

Después de cuarenta años de reivindicaciones vecinales, el tráfico rodado despejará así la primera línea del Port de Pollença, algo completamente impensable sin la nueva variante y es que la carretera que conecta Alcúdia con el Port de Pollença y que bordea la bahía, tiene una importante densidad de tráfico especialmente durante la temporada alta, dado el gran número de autocares que discurren por ella en dirección a Formentor.

Las obras de construcción de la circunvalación del Port de Pollença se han dividido en dos fases, la primera de las cuales se ejecutó durante los años 2002 y 2003 tras pasar las competencias de carreteras a manos del Consell de Mallorca. Aquella primera fase, permitió sacar del núcleo urbano de Port el tráfico que se dirige desde Pollença hacia Formentor pero faltaba por ejecutar una segunda fase de la variante, que desviará el tráfico que se dirige a Formentor procedente de Alcúdia y que es la que ahora se ejecuta. Esta segunda fase de la circunvalación del Port de Pollença conecta con las urbanizaciones de El Pinaret, l'Ullal, Llenaire y Gotmar y tiene un presupuesto de más de siete millones de euros.