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El proyecto básico de ampliación y reforma del hotel Formentor está registrado desde ayer en el Colegio de Arquitectos con el nombre de «Una línea blanca en el paisaje» y está previsto que los propietarios del hotel (cuyo accionista mayoritario es el Grupo Barceló) lo registren el próximo miércoles en el Ajuntament de Pollença, donde pedirán la licencia de obra.

La solicitud de la licencia se adelantará así a la aprobación de la nueva normativa urbanística de Pollença que todavía está en tramitación y que es la que obliga a los promotores de cualquier obra situada en la parcela del hotel Formentor a acompañar el proyecto de un estudio de impacto visual y ambiental, que debe recibir el visto bueno de los técnicos municipales. Basándose en dicha exigencia, los técnicos municipales podrían haber informado desfavorablemente a la licencia si encuentran que la reforma supone un impacto negativo.

El alcalde de Pollença, Joan Cerdà, aseguró ayer que el equipo de gobierno exigirá el estudio de impacto, aunque no haya entrado en vigor la nueva normativa que en el plazo aproximado de mes y medio podría concluir su tramitación. La celeridad con la que se presenta el proyecto coincide con el hallazgo de nuevas deficiencias en el documento de adaptación del Plan General de Ordenación Urbana de Pollença al Plan de Ordenación de la Oferta Turística, deficiencias que han retrasado la aprobación del nuevo texto urbanístico. «Trataremos de que aprueben la normativa con las dos deficiencias detectadas por la Comissió Balear de Medi Ambient y si nos dicen que no habrá que subsanarlas antes de remitir el texto para su aprobación definitiva, calculamos que en mes y medio la normativa puede estar aprobada», dijo Cerdà.