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C.R.G./J.M. S. Recuperar la red ferroviaria que Mallorca tuvo a principios del siglo pasado, parece ya misión imposible, a pesar de que supondría una mejora considerable del transporte público. Por tren se podía llegar a Santanyí pasando por Llucmajor, a Felanitx o hasta Artà. Ahora, la reapertura de líneas se presenta especialmente complicado, sobre todo por la falta de recursos económicos y por la falta de corredores para el recorrido de los trenes, además de por cuestiones técnicas. Con el desmantelamiento del tren hubo líneas que conservaron las vías como es el caso de Manacor a Artà, pero en otras como las de Felanitx o Santanyí, las vías se levantaron y los terrenos se vendieron.

Aún así, los ciudadanos de la Isla siguen reivindicando el tren como medio de transporte. Recientemente, un ciudadano de la Isla ha remitido a la Conselleria de Mobilitat i Ordenació del Territorio una propuesta de líneas ferroviarias que, en principio, sería la ideal, pero que tiene serias dificultades de ejecución. El objetivo de la propuesta es, sobre todo, llegar a la costa, objetivo que no se contemplaba a principios del siglo pasado. Los intereses han cambiado.

El planteamiento de la propuesta es hacer seis líneas. Así la primera plantea, además de llegar al Port d'Alcúdia, arribar también al Port de Pollença.

La segunda propone alargar la línea de Manacor a Portocristo. La tercera, que ya existe, llega a Sóller. La cuarta plantea un tren de Palma hasta el Port d'Andratx. La quinta no sólo llegaría hasta Cala Rajada como proyecta el Govern sino también a Cala Millor y la sexta, proyecta recuperar la línea de Santanyí y prolongarla hasta la Còlònia de Sant Jordi, pasando por ses Salines, y también a Cala d'Or. El director adjunto a gerencia de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), Bartomeu Gual, considera que esta red propuesta «va en contra del principio de rapidez del tren que actualmente se aplica en todas partes». En este sentido, explica que «el ideal es hacer un gran corredor rápido y potenciar que los usuarios se acerquen a él ya sea con buses lanzadera o tranvías, pero no crear tantas líneas diferentes e incluso completamente inncesarias que hacen repetir trayectos a un usuario como es el caso de Alcúdia-Pollença».

En el caso de Mallorca, Gual pone el ejemplo que el gran corredor único sería Palma-Manacor-Alcúdia-Artà y que, a partir de aquí, los usuarios se acercarían a él.

También considera que «no tiene sentido hacer dos líneas para ir a ses Salines y Colònia de Sant Jordi y otra para ir a Cala d'Or» y que, por otro lado, «deja toda la zona centro de Mallorca sin servir».

En cuanto a la pregunta de si, en cualquier caso, el proyecto sería ejecutable, Gual contesta que «en materia de tren con financiación todo es posible, porque en cuanto a territorio una vía de tren ocupa sólo diez metros de ancho».

Precisamente, el Govern de les Illes está pendiente en estos momentos de recibir financiación del Ministerio de Fomento para poner en marcha sus proyectos.

Esta legislatura la Conselleria de Mobilitat i Ordenació del Territorique que dirige Gabriel Vicens tiene previsto iniciar la prologación del tren de Manacor a Artà y de sa Pobla a Alcúdia.

El proyecto del primero, que ya se había redactado, se ha revisado y ajustado el presupuesto y se han efectuado las correcciones técnicas necesarias. El coste ascenderá a los 190 millones de euros.

La línea sa Pobla- Alcúdia tiene un presupuesto mucho más bajo porque también son menos kilómetros. Aún así la inversión será de 92 millones de euros.
El objetivo de ambas líneas es llegar algún dia a la costa, hasta Cala Rajada, por un lado, y al Port d'Alcudia, por otro.