Campos vivió ayer su Fira de Maig más húmeda.

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G.M./J.S./M.N./E.B.

La de ayer se presentaba como la jornada ideal para los amantes de las ferias con una amplia oferta repartida por toda la geografía de la Isla, pero el mal tiempo jugó a los distintos municipios una mala pasada y las ferias acabaron transformándose en inmensos mantos de paraguas y toldos bajo los que apenas se refugiaba algún visitante.

En Campanet, los feriantes tardaron en montar y lo hicieron con un ojo mirando al cielo, conscientes de la que se veía venir. A las diez de la mañana las autoridades, acompañadas de los xeremiers optaban por refugiarse en el bar. La lluvia acababa así con todas las expectativas que se habían generando un día antes y es que la coincidencia de las ferias con el resurgir de ses Ufanes, que brotaron el sábado, hacía esperar un aluvión de visitas.

En Lloret, el paraguas también fue el rotundo protagonista de la feria de ayer. Aunque siempre ha sido una feria «familiar», como bien reconoció el alcalde, Arnau Mateu, el mal tiempo de ayer deslució por completo todos los actos previstos para la jornada. Los feriantes empezaron a desmontar sus paradas sobre las doce del mediodía después de aguantar último chaparrón de la mañana.

«Hemos trabajado a destajo para preparar una muy buena feria y la lluvia nos lo ha tirado todo al garete». Estas palabras del regidor Mateu Frau resumen a la perfección el estado de desánimo que se vivía ayer en Son Carrió, donde los chubascos obligaron a muchos feriantes a tener que abandonar. A pesar del mal tiempos, algunos desafiaron a las lluvias y permitieron que los más valientes pudieran disfrutar de una pequeña feria con animales pasados por agua incluidos.

En Campos, sin embargo, los ganaderos se mostraban orgullosos ya que el concurso morfológico se había podido celebrar con tranquilidad «ahora que llueva, tenemos los silos en el campo, pero hemos salvado el concurso», señalaba el ganador de la jornada del sábado. Pero no eran de la misma opinión los feriantes y visitantes que tenían que hacer su negocio ayer. Algunos ya no exhibieron sus productos y los que lo hicieron tenían el paraguas en la mano. Ya se sabe «carrer banyat, calaix eixut».