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El Ajuntament de Son Servera ha apostado por la estética tradicional en el casco antiguo y recupera la tradicional planta baja y piso, reduciendo una altura en zona residencial intensiva. Esta es una de las medidas que se reflejan en las nuevas Normas Subsidiarias, aprobadas inicialmente en el último pleno ordinario. Esta reducción recibió fuertes críticas por parte de la oposición, el PP.

El portavoz popular, Damià Ripoll, denunció que «esta medida afecta a unas 400 viviendas del centro y va en contra de unas 300 familias que ahora no podrán construir más que una planta». Este fue el motivo que alegaron para votar en contra de la revisión de las normas. El regidor de Urbanismo, Joan Riera, defendió que «las nuevas Normas Subsidiarias tienen como principal objetivo frenar el crecimiento urbanístico».

El alcalde Josep Barrientos, por su parte, argumentó que «es la única manera que tenemos de preservar el municipio y controlar el colapso de colegios, centros de salud... Por ello frenamos todo el crecimiento».

La nueva normativa fija el techo poblacional en unos 35.000 habitantes, lo que supone una reducción de unas 16.00 personas. Asimismo, se reduce la capacidad máxima de alojamientos en 5.622 pasando ahora a 11.922 viviendas.

Riera expuso que «seremos uno de los primeros municipios que se adaptará al Pla Territorial». Otra de las modificaciones importantes hace referencia a la prohibición del cambio de usos de los establecimientos hoteleros o apartamentos turísticos a residenciales plurifamiliares. Ayer, se aprobó de forma inicial la revisión de las Normas Subsidiarias que databan del 87 junto con el informe de sostenibilidad ambiental. Esta aprobación, que será remitida al Consell, determina por si misma la suspensión del otorgamiento de licencias que no se adapten a la nueva normativa. Tras la publicación se abre un periodo de 45 días para presentar alegaciones.