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ANTONI BETTI La Asociación de Padres y Madres de Alumnos de la escuela pública del Puigpunyent ha vuelto a manifestarse para reivindicar, en esta ocasión, que se reanude la construcción de un nuevo centro escolar. Ayer, sacaron los pupitres a la calle y cortaron la calle Major del pueblo para llamar la atención de la Conselleria d'Educació. Durante unos diez minutos, en que paralizaron el tráfico, quisieron poner de manifiesto su malestar a que el próximo curso se inicie en la vieja escuela que ya tiene 75 años.

El centro no reúne las condiciones de seguridad y salubridad básica para los niños, según explican los padres. A pesar de los arreglos realizados, la escuela se ha quedado muy pequeña, las grandes aulas que tenía se han tenido que subdividir y, ahora, la mayoría ya no cumplen la normativa de ratio espacio/alumno.

Hay goteras y humedad, el sistema eléctrico no cumple la normativa vigente, los escolares no caben en el comedor, el alcantarillado no funciona y los servicios no están adaptados a los niños y huelen mal.

La cuestión es que las obras del nuevo colegio se iniciaron, pero al poco se paralizaron. Ahora ya son cuatro los meses que llevan paralizadas cuando desde el Ibisec se había asegurado que el centro escolar estaría terminado para el próximo curso escolar 2008-09.

La asociación de padres, que preside Antonio Porras, envió una carta a la Conselleria d'Educació «pidiendo un compromiso de inicio y finalización de las obras que hasta hoy no se ha producido».

Ayer quisieron hacer un simulacro de cómo serán las clases el curso que viene «ya que no podremos hacer las clases en condiciones dentro del colegio».