La mayoría de viviendas turísticas vacacionales que se ofertan en Mallorca están situadas en el término municipal de Pollença.

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Han pasado nueve años desde que la Ley de Turismo del 99 dejara fuera de ordenación las viviendas turísticas vacacionales, casas de vacaciones que los pollencins alquilan por semanas durante la temporada alta, desde hace varias generaciones. El producto, muy apreciado entre las familias de turistas ingleses está en auge y es que con el nuevo proceso de regularización son muchos los propietarios que han realizado reformas importantes redundando una mejora de la calidad.

Así lo explica el presidente de las Agencias de Alquiler de Viviendas Turísticas Vacacionales, Miquel Cifre, que no baja la guardia y anuncia que «luchamos para que, en el futuro, el sistema permita cierta flexibilidad» y es que el proceso de regularización abierto con el decreto ley de 2005, tenía fecha de caducidad, de modo que sólo se abría un plazo de seis meses para presentar todos los expedientes de las casas vacacionales que se ofertan en Mallorca. Se han tramitado 2.265 expedientes de los que 1.090 ya disponen de la correspondiente acreditación. Quien no presentó los papeles ya no tendrá tiempo de hacerlo. Con la actual normativa vigente todas las casas vacacionales que se ofertan en el mercado turístico han de disponer de licencia para el desarrollo de su actividad, los comercializadores han de estar registrados y tener un aval además de ofrecer un servicio en caso de emergencias de respuesta las veinticuatro horas al día.

La característica común de todas las viviendas turísticas es que se trata de casas unifamiliares aisladas con un máximo de 6 dormitorios (12 plazas) y una dotación mínima de baños en relación a las habitaciones. Se realizan inspecciones de calidad y las acreditaciones obtenidas ahora están sujetas a una renovación cada seis años.

Las casas disponen de servicio de limpieza y mantenimiento. Mayoritariamente incluyen piscina y se ofertan en el mercado turístico en paquetes que suelen incluir el derecho a utilizar un coche de alquiler durante siete días.

Así, el precio de una estancia de siete días en una vivienda vacacional media con un coche de alquiler oscila entre los 400 y los 1.500 euros en los meses de julio y agosto mientras que por otras categorías superiores se pueden pagar hasta 2.500 euros. Los clientes son bastante fieles al producto, tanto, que son muchos los que reservan de un año para el siguiente. En la mayoría de casos se trata de familias con hijos que provienen de Inglaterra, aunque los alemanes también copan buena parte del mercado.

Desde que se inició el proceso de regularización de las casas la legislatura pasada, la oferta turística de viviendas vacacionales se promociona junto al resto de la oferta turística de las Islas en las ferias nacionales e internacionales de Turismo, lo que supone «una puerta abierta al exterior», dice el presidente de las Agencias de Alquiler de Viviendas Turísticas, Miquel Cifre.