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M.NADAL «Es un desastre. En sólo tres días los socorristas atendieron a unos 30 niños con cortes en los pies». Así se quejaba ayer una de las madres de uno de los niños que se cortó el sábado mientras nadaba en la piscina municipal del polideportivo Mateu Canyelles. «El suelo de la piscina no debe estar bien pulido y provoca cortes. Además, han colocado un rebosadero en el borde de la piscina que no está bien sujeto y los pequeños se pillan los dedos», según esta afectada.

Las instalaciones de la piscina abrieron el pasado jueves después de finalizar las obras de reforma para adaptar las piscinas descubiertas a la nueva normativa para minusválidos, «pero las piscinas no están en condiciones para abrirse», según los usuarios. Por esta razón, los usuarios pidieron el libro de reclamaciones a los socorristas «pero nos dijeron que no tenían y que ya nos pedirían una hoja de reclamaciones. Esto no puede funcionar de esta manera porque este año se da un peor servicio que los veranos anteriores y encima nos hacen pagar», se quejaba esta usuaria.

Desde el Ajuntament d'Inca manifestaron que «después de conocer los incidentes se ha vaciado la piscina al completo y se ha limpiado el fondo». Fuentes municipales aseguraron que «debido al pulido de las baldosas cayeron virutas de cemento que han provocado estos cortes».

Por otra parte se explicó que «los rebosaderos de las piscinas son móviles porque se tienen que limpiar cada día y las nuevas tarifas se han puesto después de haberlas aprobado por pleno porque éramos el único Ajuntament que no hacía pagar para bañarse en las piscinas municipales».