El inicio de las obras de cubrimiento del torrente de sa Cabana a su paso por la ciudad de Manacor acabará con el riesgo de inundaciones y molestias a los vecinos de la zona. Lo que ha sido hasta ahora un problema histórico se convertirá en un nuevo espacio urbano con la construcción de un paseo peatonal con carril para bicicletas.
El conseller de Medi Ambient del Govern balear, Miquel Àngel Grimalt, y el alcalde de Manacor, Antoni Pastor, pusieron ayer la primera piedra que dará inicio a la ejecución de la primera fase del proyecto que comprenderá desde la Avinguda del Torrent hasta la calle Pere Riera, con un coste de 615.000 euros y unos 5 meses de ejecución para una obra que llevará a cabo la empresa Melchor Mascaró SA.
Las dos fases restantes del proyecto, con una dotación presupuestaria de 700.000 euros cada una, se llevarán a cabo en 2009 y otra 2010 con el compromiso del conseller Grimalt de concluir el proyecto antes de finalizar la presente legislatura. La segunda actuación afectará al tramo de la calle Pere Riera hasta las vías Lepant y Ponent, mientras que la tercera finalizará en la desembocadura del torrente junto a la ronda del Port.
El proyecto convertirá el actual trazado del torrente en un amplio paseo para peatones con carril bici, bancos y zonas ajardinadas. En los cruces con las calles La Pau, d'en Truyols, Unitat, Salvador Juan y Pere Riera el pavimento será de adoquín compartido con el uso del tráfico rodado. Una actuación que mejorará la zona comercial.
Cuando se cumplen casi 19 años de la 'torrentada' del 6 de septiembre de 1989, esta actuación evitará que se repitan inundaciones como aquélla, que causó múltiples daños y pérdidas en comercios e inmuebles de la zona de influencia del torrente.
Por aquel entonces las lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento del torrente que convirtió en un auténtico río todo el centro de la ciudad de Manacor. La catástrofe fue tal que hasta la reina Sofía visitó a los afectados. Manacor y su comarca padecieron las inclemencias del tiempo que el mismo día provocó la muerte de dos turistas en el hotel El Corso de Portocolom, construido en el lecho del torrente, y de tres personas más en la isla de Eivissa.
Aunque Manacor todavía no ha olvidado la catástrofe de 1989, en años posteriores se sucedieron otras inundaciones de menor calado pero que perpetuaron, hasta día de hoy, el miedo a otra nueva 'torrentada'.
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