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M. NADAL El Ajuntament d'Inca celebró ayer por la mañana el pleno extraordinario para debatir expresamente las obras del mercado cubierto. Durante el transcurso de la sesión, el equipo de gobierno (PP) rechazó crear una comisión de investigación sobre el estado de las obras. El regidor de Urbanisme, Bartomeu Seguí, explicó que «los técnicos municipales ya han empezado a redactar diferentes informes sobre el estado de las obras y si consideran oportuno sancionar a la empresa constructora, se sancionará».

El alcalde de la ciudad, Pere Rotger, que sólo asistió a la última parte del pleno, manifestó que «la empresa tiene como máximo hasta finales de julio para reactivar las obras. Sólo queremos que la constructora termine las obras y le reclamaremos los 3.300 euros que deben abonar por cada día de retraso pero, si finalmente, no llegamos a un acuerdo llevaremos el caso a los juzgados». Cabe recordar que las obras ya acumulan un retraso de unos 20 meses.

Durante el pleno de ayer, los políticos también hablaron sobre el polémico muro y las ayudas a los comerciantes aprobadas por unanimidad durante el año 2005. En este aspecto, el equipo de gobierno recordó los problemas técnicos argumentados por el arquitecto de la obra sobre la imposibilidad de retirar el muro, y se comprometió en incluir las ayudas a los comerciantes de la zona en la próxima comisión de hacienda.