Un año más, la agrupación caballista de ses Salines organizó el sábado la Festa del Cavall, un evento que no congregó a tanta gente como en ediciones anteriores pero que volvió a llenar las calles más céntricas del pueblo saliner.
La fiesta, una copia de los tradicionales 'jaleos' que se celebran en todos los municipios de Menorca, empezó sobre las ocho de la tarde con la arreplegada de caixers. Los caballeros, acompañados por algunos miembros de la Corporación municipal, iniciaron una procesión que recorrió el pueblo y finalizó en la plaza de Sant Bartomeu y en la calle Batle Andreu Burguera, el lugar donde empezó la fiesta.
Este año, la Festa del Cavall se saldó sin ningún tipo de incidente, ya que se reforzaron las medidas de seguridad. En la edición anterior, se registraron accidentes graves y a día de hoy algunos heridos todavía están de baja médica porque todavía no se han recuperado de sus lesiones.
Aún así, la fiesta empezó animada entre saltos de caballos, las risas de sus jinetes y el barullo del público a pie de calle que disfrutó, entre aplausos, de las carreras entre la gente por las calles más céntricas de la localidad. No falto en la fiesta el gin amb llimonada, la tradicional 'pomada'.
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