Cuentan que hace años, el Obispado de Mallorca quiso suprimir a los demonios de la tradicional procesión de la Beata, a la vez que pretendía trasladarla a un horario menos intempestivo. Corría el año 1949, pero la misiva del obispo no prosperó. La lucha de payeses y demonios para hacerse con las gerres que representan la virtud es así aún hoy, transcurridos cinco siglos desde que se tiene constancia de la celebración, uno de los momentos más vistosos de la que se conoce como la procesión más típica de Mallorca.
Más de 2.000 personas participaron ayer en el desfile por las principales calles de la Vila mientras que un centenar de autoridades esperaban su paso frente a las gradas habilitadas como cada año en la plaza. Alrededor de 1.500 personas desfilan vestidas de payeses, divididos en diez grupos entre los que se colocan siete bandas de música y una de cornetas procedentes de diferentes municipios de la Isla.
Carrozas
Protagonistas de la procesión son las doce carrozas que desfilan, cada una con su propia beata, representando distintos episodios de la vida de Santa Catalina Thomàs y junto a ellas la Beata mayor, este año la maestra Maria Victoria Galmés, caminando inmutable ataviada con su hábito, con mirada serena sin un mínimo halo de distracción. Los demonios hacen el resto. «Sor Tomasseta, on sou? Ja vos podeu amagar perquè el dimoni vos cerca, dins un pou vos vol tirar». La tonada de Sor Tomasseta llena las calles de la Vila mientras los demonios corren tras las payesas con el único objetivo de arrebatarles su «virtud». Papel principal juegan los tres dimonis, uno de ellos, Joan Bauzà, hijo del que fuera dimoni gros, Miquel Bauzà.
Este año el Ajuntament de Santa Margalida repartió cerca de 2.000 gerres, un elemento indispensable en la fiesta.
Miles de personas contemplaron la procesión más típica de Mallorca anoche en Santa Margalida. Entre las autoridades estaban el presidente del Govern, Francesc Antich, la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, los consellers Francesc Buills, Miquel Angel Grimalt, Dolça Mulet, Antoni Pascual, el presidente de UM, Miquel Nadal, la presidenta del PP balear, Rosa Estaràs, y un nutrido grupo de alcaldes de diferentes municipios de Mallorca.
Los historiadores explican que el origen de la procesión se remonta al año 1792, año de beatificación de Sor Catalina Thomàs. Por aquél entonces eran muchos los pueblos de la comarca que hacían celebraciones similares, pero ya desde su inicio la procesión de Santa Margalida destacó entre el resto. En 1840 el Panorama óptico artístico balear ya la menciona como una celebración única.
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