Un momento de la reunión de la Comissió Insular d'Urbanisme i Patrimoni. Foto: PERE BOTA

TW
0

LAURA MOYÀ

La Comissió Insular d'Urbanisme i Patrimoni dio ayer, tras incluir el punto de forma urgente, el visto bueno a que se inicie el expediente para declarar la caducidad del interés general otorgado al campo de golf de Son Baco, en Campos. Finalmente, el acuerdo llegó de un desacuerdo, ya que cada una de las formaciones que componen el pacto de gobierno del Consell mantuvo su postura. Así, PSIB y Bloc apoyaron la decisión de los técnicos, mientras que UM y el PP votaron el contra. Ante las situación de empate, el voto de calidad de la presidenta de la comisión, la consellera de Territori Maria Lluïsa Dubon, decantó la balanza.

UM, que forma parte del equipo de gobierno del Consell, mostró en todo momento su oposición a que se iniciara un trámite que, con toda probabilidad, implicará que el proyecto no se lleve a cabo.

El alcalde de Campos, Guillem Ginard, habló ante los miembros de la comisión, denunciando la «injusticia» que suponía para el municipio la decisión que se adoptó. Para Ginard, el consistorio «ha renunciado» a «cinco millones de euros y 70 puestos de trabajo» que, «en tiempos de crisis», hubieran «ayudado» a la localidad. «Nadie invertirá ahora esa cantidad en Campos, un municipio que se ha esforzado por proteger el litoral y que nunca ha obtenido ninguna compensación por ello».

Miquel Àngel Flaquer, portavoz de UM en el Consell y miembro de la comisión, aseguró que la resolución «se contradice con las palabras del presidente Francesc Antich en la World Travel Market de Londres», donde afirmó que «facilitaría los trámites burocráticos» para agilizar la concesión de licencias. «Esta votación demuestra la falta de coordinación y de consonancia que existe», dijo Flaquer, quien definió las propuestas para compensar Campos de «palabras vacías».

Precisamente, la consellera Dubon aseguró que la institución insular trabajará para recompensar a Campos. «Hemos encargado un estudio para encontrar una viabilidad económica que beneficie al municipio teniendo en cuenta el punto de vista ambiental». Un punto de vista que uno de los técnicos de la comisión, Tòfol Barceló, destacó: «Las exigencias de carácter medioambiental también caducan. Dar una licencia a un proyecto como éste hubiera implicado un problema para el Ajuntament».

Quien sí mostró su satisfacción fue el Bloc. Antoni Alorda, miembro de la comisión, remarcó que el proyecto de Son Baco contradice la Llei de Camps de Golf vigente, que impide la oferta complementaria. «Las grandes promociones urbanísticas no son la solución a la crisis», dijo Alorda. El Bloc fue quien más presionó para que se tratara el tema de Son Baco en la sesión de ayer.