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Tres carreteras de la Isla permanecían ayer cerradas al tráfico por el temporal de lluvia del martes pasado. El agua continúa invadiendo las carreteras de Palmanyola-s'Esgleieta y Camí de s'Albufera, donde se ha intentado achicar el agua, pero no hay manera de retirarla por completo y las vías deben seguir sin tráfico. Por la mañana, también estaba cortado un tramo de la carretera de montaña Ma-10, entre la salida del túnel del Gorg Blau y el cruce de sa Calobra. En esta zona, en concreto, se ha producido estos días un gran desprendimiento de 5.000 metros cúbicos de tierra que cae en forma de fango a la carretera, imposibilitando el tráfico, según explica Bartomeu Darder, ingeniero responsable de las carreteras de la Serra de Tramuntana. Por la tarde, no obstante, la carretera ya quedó abierta al tránsito.

A éstas, hay que añadir la carretera de Cala Tuent, que continúa cerrada al tráfico y lo estará durante bastante tiempo. El problema no son sólo las grietas que se han abierto en la carretera, sino que ésta está sustentada sobre un muro de unos nueve metros y éste se ha partido, hundiéndose aún más la carretera. Darder indica que el movimiento de tierra que se está produciendo ahora aconseja no entrar con maquinaria en la zona y esperar que se seque el terreno. De cualquier forma, esta carretera es de competencia municipal y debe ser el Ajuntament d'Escorca el que asuma el coste de la obras, aunque ya ha pedido ayuda al Consell, según pone de manifiesto el alcalde Antonio Gómez.

Afortunadamente, en estas fechas apenas vive gente en Cala Tuent y sólo cinco personas están incomunicadas en el núcleo, con la que se está en contacto para atender cualquier emergencia. Lo cierto es que ésta es la única vía de comunicación con Cala Tuent por tierra y no hay vía alternativa, lo que provocará problemas porque allí hay un restaurante y el repetidor de telefonía móvil se abastece con gasoil, de tal forma que el camión tiene que poder entrar al núcleo para recargar el depósito.