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Un año más, y con este ya van 31, el famoso cuervo Rasputín descendió del campanario de la iglesia de Mancor hasta la cabaña donde le esperaban Sant Antoni y Sant Pau ante la atenta mirada de cientos de vecinos que se congregaron en la plaza para no perderse la popular bajada del cuervo.

Aunque el año pasado, Rasputín dio un gran susto a los asistentes después de caerse de la cuerda que le guía hasta la cabaña, ayer el cuervo descendió con normalidad aunque un poco nervioso debido al gran alboroto que se formó a su alrededor. Grandes y pequeños se concentraron al lado de la cabaña de los dos santos, representados por dos vecinos del pueblo, para ver de cerca al cuervo e incluso tocarlo.

El pueblo de Mancor de la Vall celebra el tradicional descenso del cuervo desde el año 1940, aunque antes de que Rasputín fuera el protagonista se utilizaba un cuervo disecado. La fiesta recuerda el pasaje bíblico que relata que Sant Antoni y Sant Pau estaban en el desierto muertos de hambre y fueron alimentados por un cuervo. El pueblo de Mancor es el único municipio de Mallorca que celebra la festividad de Sant Antoni con esta singular fiesta.

Después de la bajada del cuervo desde el campanario, el párroco la localidad bendijo a todos los animales que desfilaron por la plaza en el transcurso de las tradicionales beneïdes.

Como pasa en el resto de localidades durante estas fechas, muchos perros, periquitos, caballos y otros animales pasaron ante Sant Antoni y Sant Pau, que presidieron el desfile para ser tocados con el agua bendita. Las carrozas también participaron en la fiesta y recorrieron el pueblo.