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LAURA MOYÀ Unió Mallorquina celebró ayer por la tarde una ejecutiva extraordinaria a petición del alcalde de Campos, Guillem Ginard, para tratar la decisión del Consell de descartar el proyecto del campo de golf de Son Baco. El principal órgano de gobierno de la formación nacionalista respaldó al alcalde, que se mostró muy indignado tras la decisión de la institución insular, aunque también decidió pasar página y rebajar la tensión.

Desde UM se aseguró ayer que Son Baco «es un tema cerrado» que «ha molestado al partido» por «la forma de gestionar la resolución», según fuentes de la formación. Sin embargo, también se insistió en que «no será motivo para romper el pacto de gobierno del Consell». «Nos pareció una deslealtad que se descartara el proyecto mediante un Consell Executiu de forma, además, imprevista», dijeron desde UM.

El pasado viernes, la institución insular decidió aprobar la caducidad del interés general otorgado al proyecto del campo de golf de Son Baco, situado en Campos. Ese día, ninguno de los tres representantes que UM tiene en el gobierno del Consell acudió a la reunión, con lo que se hizo evidente su rechazo a la resolución. El viernes, Ginard manifestó a este periódico su «indignación». «La iniciativa hubiera reactivado la economía local», dijo el alcalde.