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«Muchos habitantes de Campos, y yo entre ellos, queremos el campo de golf de Son Baco y su hotel de cinco estrellas porque es una oportunidad única de elegir en el municipio el modelo turístico que más nos gusta, y en definitiva participar del pastel turístico de Mallorca, esa actividad económica de la que toda la Isla vive pero que sólo a algunos parece que nos está vedado», señaló ayer el alcalde Campos, Guillem Ginard, en charla-coloquio celebrada en Palma con alumnos de la Escuela de Turismo de Baleares.

Ginard se presentó ante el joven auditorio como «alguien que se metió en política no para ser presidente del Govern sino para mejorar mi pueblo», y desde esa óptica defendió durante todo el acto «el derecho de Campos a tener turismo de calidad y desestacionalizado, sin tocar ni un metro del mucho territorio protegido del municipio y pudiendo crear riqueza y puestos de trabajo».

Contestando a preguntas de los alumnos de la Escuela de Turismo, Guillem Ginard desgranó cifras concretas del proyecto del campo de golf y su oferta turística complementaria -tras cuya edificación y gestión está al presente la cadena hotelera alemana Kempinski-, señalando que la inversión rondaría los 45 millones de euros «y sólo en tasas y licencias se derivaría para el presupuesto municipal una décima parte de esa notable cifra».

Según Ginard, la puesta en marcha del golf de Son Baco supondría «entre 70 y 100 puestos de trabajo directo en un municipio que a día de hoy cuenta con cientos de parados».