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La reivindicación de usuarios y alcaldes de la comarca de Inca de una separación física en la mediana de la autopista es ya es una realidad. Los numerosos accidentes mortales provocados por vehículos sin control que atravesaban la mediana invadiendo la calzada contraria -unos veinte 20 en los últimos años- precipitó la construcción de la barrerera de hormigón por parte del Consell de Mallorca que la preveía para más adelante.

La obra ha concluido y ayer la presidenta del Consell y los responsables del Departament d'Obres Públiques presentaron la actuación.
La barrera de hormigón, que ha tenido un coste de 1'2 millones y ha tardado en ejecutarse cuatro meses, se ha replanteado teniendo en cuenta la construcción de un tercer carril en la autopista prevista para la próxima legislatura, según el convenio suscrito con el Ministerio de Fomento, lo que ha requerido «un esfuerzo extraordinario», según explicó Gonzalo Aguiar, director insular de Carreteres.

En total, se han instalado 17 kilómetros de barrera de hormigón y sólo se ha prescindido de ella en los tramos con barrera metálica a ambos lados de la mediana.

Francina Armengol, presidenta del organismo insular, hizo hincapié en la necesidad de garantizar la seguridad de la red viaria. «Es una manera inmejorable de gastar el dinero público», afirmó.

Por su parte, Antoni Pascual, conseller insular d'Obres Públiques, recordó la implicación de los alcaldes ante los accidentes mortales que se producían en esta vía rápida. Pascual además quiso pedir disculpas por las retenciones que se han producido en estos cuatro meses, pero que «han merecido la pena».

En octubre está previsto que se lleve a cabo una siembra de semillas autóctonas en las las franjas de tierra sin vegetación.