El agricultor Antoni Galmés muestra sus cultivos de equinacea, planta medicinal de uso antibiótico.

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Las plantas medicinales se refuerzan en el mercado como alternativa a los fármacos, una alternativa que también se puede extrapolar a los tradicionales usos del campo mallorquín. Desde hace 13 años, Antoni Galmés, de s'Hort Verd des Cruce de Vilafranca, combina la siembra de productos de la tierra con el cultivo de plantas medicinales como la equinacea o de usos terapéuticos como la alcachofa. Plantas que después se comercializan en formato de pastillas, gotas o jarabes.

 

Y es que Antoni Galmés ya tiene sembradas hasta 60 quarterades de equinacea repartidas por las tierras de la possessió de Son Pou Nou y del Turó d'en Boleto. Un cultivo que le da un color morado a una parte del campo vilafranquer gracias a su espectacular flor.

 

Según Galmés, «desde 1996 trabajamos para una empresa que se dedica a la comercialización de productos elaborados a partir de plantas medicinales». Esta apertura de mercado ha supuesto el aprovechamiento de tierras de regadío que antes se destinaban a productos de secano como los cereales. El cultivo de equinacea es muy productivo, ya que durante tres o cuatro años produce ininterrumpidamente dos cosechas anuales. Con respecto a la alcachofa, ésta se corta en su conjunto y se envía triturada.

 

Todo este cultivo se lleva a cabo desde el respeto más absoluto al medio ambiente y evita, en gran medida, la aplicación de herbicidas. La gran presencia de insectos provoca un excelente equilibrio entre abejas de miel o avispas, que a su vez ayudan a actuar de forma natural contra el piojo o la mosca blanca.

 

Además, la Universitat de les Illes Balears ha instalado colmenas en la zona de cultivo de la equinacea con el objetivo de producir miel que se podría comercializar en un futuro.

 

La equinacea es una planta de la familia de las Asteráceas. Ha sido denominada con el sobrenombre de 'antibiótico vegetal', puesto que posee una clara acción contra las infecciones bacterianas y víricas, estimulando el sistema inmunitario. Su flor morada es muy bella. También es conocida como flor cónica de la pradera y florporpe de la pradera. Su interés farmacéutico es muy elevado. La equinacea se utiliza de diferentes formas dependiendo de sus usos, como por ejemplo para tratar afecciones de las vías respiratorias como la gripe, el resfriado común, procesos infecciosos como bronquitis, laringitis, faringitis, sinusitis, herpes, infecciones de vagina, infecciones del aparato urinario, heridas superficiales, acné o llagas en la boca. Tras ser usada históricamente por los indios norteamericanos, en el siglo XIX se incluye como planta medicinal, pero con la aparición de los antibióticos pierde un uso que se recupera a finales del siglo XX. Ahora tiene mucha reputación en el mundo de la medicina natural.