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Una pocilga con una pareja de cerdos de engorde dentro el casco urbano de ses Salines ha provocado las quejas de los vecinos de la zona de la calle Marina Gran y Poetessa Maria Antònia Salvà, por las molestias que ocasiona, a quienes viven junto a ella, los fuertes olores y la proliferación de ratas .

Los afectados han registrado en el Ajuntament de ses Salines diferentes denuncias referentes al incumplimiento de la ordenanza reguladora de las normas de convivencia ciudadana, policía y buen gobierno, que consisten en la cría de animales porcinos en el inmueble ubicado en la calle Poetessa Maria Antònia Salvà esquina con la calle de l'Aigua.

Como curiosidad, entre los vecinos que sufren las consecuencias de la pocilga se encuentra el alcalde Sebastià Burguera.
Según un informe del Ajuntament, los hechos que denuncian los vecinos constituyen una infracción del artículo 21 de la mencionada ordenanza que prohíbe «la existencia en los núcleos urbanos del municipio de granjas industriales de cualquier tipo de animales, y en especial todo tipo de vaquerías, pocilgas para cerdos y establos para caballos, así como su circulación por las calles de dichos núcleos».

Así, en el informe emitido el 29 de julio de 2009 se le pide al vecino en cuestión «un mayor respeto a las ordenanzas vigentes y al resto de ciudadanos del municipio». Lejos de actuar, el gobierno municipal le recuerda que «la normativa vigente prevé sanciones para estos tipos de actuaciones, y que en caso de no obtener ninguna respuesta por su parte se podrá iniciar el proceso administrativo correspondiente». Además, la misiva ordena que en un máximo de 24 horas se restablezca la situación, es decir, que los cerdos sean trasladados a otro lugar.

La realidad es que a día de hoy todo parece indicar que los cerdos ya no están, pero los vecinos no se fían, puesto que la pocilga está escondida entre algunas edificaciones. Agentes del Seprona investigarán si realmente se ha cumplido la orden de desalojo de los cerdos de engorde.