Un niño y su madre muestra una pareja de patos auténticos capturados durante la suelta de Can Picafort. Fotos: E.BALLESTERO/N.RINCÓN

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Los enmascarados cumplieron con lo prometido. Fue visto y no visto. En apenas un minuto, una decena de patos de carne y hueso se colaron ayer a mediodía en la suelta oficial de pato de goma de Can Picafort burlando el cordón de seguridad.

Esta vez las aves vivas llegaron a bordo de dos grandes motos de agua que para más inri carecían de matrícula, descargaron a una buena distancia de la zona de baño y los enmascarados las llevaron a nado hasta la zona de la suelta oficial. En sólo unos segundos una bandada de diez patos nadaba a su antojo entre los bañistas mientras que los enmascarados y sus aletas se sumergían aprovechando la confusión. Algunas fuentes aseguraron que la suelta ilegal fue tan fugaz que los enmascarados se atrevieron incluso a dejar su cara descubierta.

La Guardia Civil, sin embarcación disponible (según los ecologistas todas las embarcaciones estaban ayer escoltando a la Familia Real) poco pudo hacer salvo limitarse a levantar acta. Había al menos cuatro patrullas además de los agentes de paisano, mezclados entre el resto del público, parte de ellos equipados con cámaras y prismáticos. La Policía Local también carecía de embarcación.

La de ayer fue una de las sueltas de patos de Can Picafort más masivas que se recuerdan, posiblemente por el hecho de que la fiesta cae por primera vez en fin de semana desde que los enmascarados toman parte en el asunto.

La suelta, captura y posterior sorteo de premios de 2.000 patitos de goma fue todo un éxito y de hecho los ecologistas de Baldea, que presentaron denuncia ante el Seprona ayer tarde, destacaron que «incluso quienes capturaron patos silvestres también llevaban patitos de goma porque es mucho más divertido, sano y equilibrado». Baldea interpreta que los patos salvajes tenían las alas cortadas, puesto que en ningún momento levantaron el vuelo.

Los vecinos de Sagunto en Valencia trataron ayer a las 14.00 horas de emular a los enmascarados de Can Picafort con una suelta ilegal de aves vivas pero allí fueron interceptados por una patrulla militar del mar.