La Agència de Disciplina Urbanística del Consell de Mallorca ha instado al Ajuntament de Bunyola a revisar la licencia que otorgó para la construcción de catorce adosados en la zona del municipio denominada es Castellet.
El consejo de dirección de la entidad urbanística, que recibió una denuncia de la asociación de vecinos de es Racó hace dos meses, concluyó recientemente que hay una serie de cuestiones que hacen discutible la licencia.
El problema más grave, según explica la consellera d'Ordenació del Territori del organismo insular, Maria Lluïsa Dubon, es el camino de acceso rodado a estos adosados. «Se hace por una fuerte pendiente que origina un elevado impacto ambiental; rompe la fisonomía del entorno». Esta deficiencia, subraya, no es fácilmente subsanable. Y, a su juicio, «es una suerte que aún no se hayan iniciado las obras: el perjuicio será menor».
El alcalde Jaume Isern (PP) no tiene constancia aún de este requerimiento, aunque se estudiará la argumentación del Consell. «Nuestros técnicos le han dado vueltas y mantienen que la licencia está bien dada», afirma.
El GOB, por su parte, quiso advertir al Consistorio que la desfiguración del paisaje por la construcción de estas edificaciones «es motivo suficiente para anular la licencia». Los conservacionistas, que han recibido la notificación del Ajuntament que desestima el recurso contra esta obra, aseguran que una reciente sentencia judicial da la razón al Ajuntament de Santanyí por denegar una licencia, a pesar de que, como en el caso de Bunyola, se trataba de suelo urbano, al considerar que en determinados entornos rurales o marítimos la desfiguración paisajística puede impedir la edificación.
«El GOB se tendría que haber fijado en otras obras del municipio como Son Gual o Son Reus», contesta Isern a los ecologistas.
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