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ANTONI POL

Las delegaciones comarcales de la ONCE en Inca y Manacor dejarán de funcionar el 31 de diciembre. El delegado territorial de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) en Balears, José Ramón Garrido, explicó que el cierre de las dos subsedes obedece a «razones organizativas» y que con ello se pretende «optimizar recursos» tras el sostenido descenso de la recaudación procedente de la venta de cupones. El cierre se enmarca en una reestructuración que la ONCE lleva a cabo en todo el Estado.

Más allá del traslado del personal de oficinas a la sede de Palma, que seguirá abierta, y del hecho que los vendedores de cupones tendrán que desplazarse hasta la capital para tramitar algunas gestiones, el cierre de las dos delegaciones comarcales no acarreará más consecuencias. De este modo, los siete empleados que trabajan en la administración de las subsedes de Manacor e Inca se reubicarán en la de Palma.

Respecto a los vendedores de cupones, Garrido detalló que llevan años «sin necesidad de personarse en las sedes de las delegaciones comarcales» para llevar a cabo las diferentes tareas administrativas (como la preparación del cupón o la recogida de las devoluciones) puesto que ya lo hacen desde oficinas bancarias y con terminales de punto de venta.

La comarca de Inca cuenta con 101 vendedores de cupones, mientras que en la de Manacor hay 87. Según las fuentes de la propia organización, los trabajadores «más escépticos» ante la medida son los de Artà, Pollença y otros pueblos alejados de Palma, que de ahora en adelante tendrán que acudir a la capital para tramitar algunos papeles (bajas, subvenciones, etcétera). Sin embargo, «también hay otros empleados que no se han preocupado lo más mínimo: los que trabajan en sus pueblos y llevan meses sin pasar por la sede». Las delegaciones comarcales de Inca y Manacor se instituyeron a finales de los años 50. En Llucmajor también hubo una hasta hace algunos años.

José Ramon Garrido explicó que en los últimos cuatro años las ventas de cupones han disminuido entre un cuatro y un seis por ciento cada ejercicio. Con la proliferación de otros sistemas de juego, la competencia es más agresiva y la ONCE ha perdido cuota de mercado.

Sin embargo, y más allá de los cierres de Inca y Manacor, Garrido remarcó que «mantendremos todos los puestos de trabajo y todas los servicios que prestamos a nuestros afiliados».