El pueblo de Campos ha hecho una paso adelante y ha sido pionero en la Part Forana con la recuperación de los antiguos nombres de las calles de la villa. Hasta ahora se sabía de la existencia de los nombres de las calles pero no a todos los tenían situados en su ubicación correcta.
El estudio sale a partir de las investigaciones históricas y urbanísticas realizadas por el estudioso campaner Miquel Ballester. Éste señala que Campos tiene uno de los mejores catastros de Mallorca y esto ha servido de gran ayuda. Así, la búsqueda se ha hecho empezando en el siglo XVII, y con los nombres que permanecen en la memoria popular. Antes de colocar las placas se ha hecho un estudio muy serio, y esto lo demuestra que aquellos nombres de calles que no se ha tenido una certeza del cien por cien sobre su nombre no se han puesto. Para realizar las nuevas placas, hechas a mano, se ha buscado una caligrafía de la época, se ha pedido permiso a los propietarios de las casas para poderlas instalar y también se acordó poner la palabra Antic delante para poder diferenciarlos del nuevo nombre. Asimismo, siguiendo las directrices del hijo ilustre del pueblo el filólogo Joan Veny i Clar, se ha optado por utilizar el artículo salado y no el literario, tal y como defendía la UIB. En definitiva, ha sido el final de un proceso iniciado hace algunos años y que combina los conocimientos históricos y urbanísticos de su autor.
Una de las curiosidades que ha puesto de relieve este estudio ha sido la mala traducción que supuso la castellanización de los nombres durante la época franquista y después su reconversión de nuevo al catalán en los años ochenta. Así, por ejemplo, el antiguo carrer Sitjar al castellano pasó a ser calle Silos y al traducirse de nuevo al catalán fue el carrer Sitges. El carrer Rigolt, en castellano fue la calle de Rigo y finalmente al catalán es el carrer de Rigo, sin que haya ningún personaje conocido en el pueblo con este apellido que merezca el honor de tener una calle. Una traducción curiosa también ocurrió con el carrer Palleta, que al castellano tradujeron como calle Paja y en los años ochenta al pasarlo de nuevo al catalán antes de ponerle carrer Palla optaron por darle el nombre de carrer Pare Alzina. Un hechos que señalan que cuando se hizo la traducción no se tuvo en cuenta la necesidad de hacer un estudio histórico y se pensó que la traducción hecha al castellano era correcta y por lo tanto sólo hacía falta invertir de nuevo los nombres. Algunas calles han tenido diferentes nombres a lo largo de los años y se ha decidido ponerlos en las placas. Sólo tres, a lo largo de los años, han mantenido siempre el mismo nombre, son el carrer Major, el carrer de Plaça y el carrer Nou.
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