Wolfgang Dippel, ayer en la estación intermodal de Ciutat. | Jaume Morey

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El modelo de 'tren-tram' que se pondrá en marcha en la prolongación de la línea férrea de Manacor a Artà, está fun cionando con éxito en Europa. Así lo explica Wolfgang Dippel, gerente de la empresa NVV que gestiona el transporte público al norte de Hessen, en Alemania. Dippel, que este fin de semana ha participado en la 'Conferència Tramvies d'Europa' organizada por la Conselleria de Medi Ambient i Mobilitat, explica que el 'tren-tram' funciona en la ciudad de Kassel desde 2005, donde con el paso de tiempo se va consolidando como un medio de transporte de futuro. «Al principio no tenía una gran demanda, pero los usuarios se van acostumbrando. En Kassel ya había un tranvía, por eso el 'tren-tram' se va introduciendo», indica.
Viajeros
En Kassel, en concreto, hay tres líneas -norte, sur y oeste- que conectan con poblaciones en un radio de 30 kilómetros. Entre 2007 y 2009, casi se han duplicado el número de viajeros. Fuera de la ciudad alcanza una velocidad de 100 kilómetros por hora que se reduce a unos 20 en la ciudad, transformándose en un tranvía; incluso pueden emplear las mismas vías.
Dippel asegura que recomienda este modelo en Mallorca «si existen ya las vías y cuenta con una población elevada, porque la inversión no es muy alta y la demanda será suficiente. En este caso, es conveniente si hay estudios de demanda y decisión política».
A su juicio, «el 'tren-tram' es cómodo, de fácil acceso también para los minusválidos, no hacen ruido y, además, no hay que hacer nuevas infraestructuras si ya existen vías». Y al contrario de lo que opina el Ajuntament de Manacor, este experto alemán considera que este modelo de tren no divide las ciudades. «El tema es no alejar las paradas de donde vive la gente. Es como si se pretendiera alejar los coches de la ciudad, sería una revolución».
Medio ambiente
Lo cierto es que en los últimos años, el tranvía se va introduciendo en las calles de las ciudades europeas a un ritmo bastante rápido. «Esto ocurre porque se quiere que los ciudadanos empleen el transporte público y no el coche. También para proteger el medio ambiente», concluye Wolfgang Dippel.