El viento era hasta hace no muchos años uno de los elementos naturales que ayudaban al hombre en la transformación de los cereales, primero en la era y después mediante un «aparato» denominado molino. Y este fue ayer el protagonista en Montuïri de la Diada de Molins de Vent organizada por el Departamento de Medi Ambient del Consell de Mallorca.
Un buen número de gente interesada con el ingenio de estas construcciones recorrieron algunos de los molinos rehabilitados o restaurados mediante el programa de restauración del medi rural del Consell. La primera parada fue en el municipio de Algaida, allí el molino de viento de extracción de agua del Viver, mostró su destreza para sacar el agua del subsuelo, al igual que lo hacían en otros tiempos, los molinos del Prat de Sant Jordi.
Montuïri
En Montuïri, la retahíla del Molinar recibía altiva e imponente a los visitantes que hicieron la primera parada en el molí des Fraret. Allí, la torre, las antenas, el capell, el bou o el bisbe, serían algunas de las piezas protagonistas del molí de vent fariner. Unas calles más lejos la antigua Farinera Gomila, fue la siguiente parada en el camino. Su propietario explico el trabajo que se hacía hasta hace unos años para transformar el grano en harina. Después el molí den Nofre puso el punto final a una mañana de visitas que continuaron por la tarde con una mesa redonda sobre el pasado, presente y futuro de los molinos.
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