El GOB pide el cierre progresivo de Es Murterar, que industria vincula a las renovables. | Joan M.M.

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Un día después del inicio oficial de la campaña del GOB a favor del cierre progresivo de la central térmica de Es Murterar en Alcúdia, la consellera de Indústria i Energia del Govern de les Illes Balears, Francesca Vives, habla sobre la necesidad de consensuar un nuevo mapa energético de las Illes, en el que las energías renovables y muy especialmente la eólica dejen de ser «un término dialéctico» para pasar a ser una «alternativa real».


«Hay que ser realistas. Estoy encantada de entrar en ese debate, de mirar y planificar un mapa energético para tiempos venideros, pero dicho mapa no puede dejar de lado las energías renovables porque son una necesidad», dice Francesc Vives, quien entiende que «no se puede entrar en contradicciones».


Impacto


«La energía renovable -agrega- es fácil de utilizar a nivel dialéctico, pero en la práctica a la hora de implantarla crea dilemas por su impacto paisajístico y, muchas veces, todo son pegas de los ayuntamientos y también de algunos colectivos. Se está haciendo fariseúsmo».

La consellera de Indústria opina que «lo primero que hay que aclarar es si queremos o no aceptar ese coste paisajístico, saber si nos compensa. Sabemos que los molinos o las placas fotovoltaicas cuando acaban su vida útil el impacto que dejan es casi nulo. No defendemos los parques eólicos en cualquier sitio, pero son necesarios. Hay que consensuarlos y sólo así a largo plazo podremos remplazar un sistema por el otro».


Respecto a la viabilidad de que el cable eléctrico o el gaseoducto puedan sustituir a los sistemas actuales, Vives explica que «el cable eléctrico no es la panacea. Estamos hablando de 300 MW, el equivalente a dos grupos de cualquiera de las centrales que ahora existen. Mejora la calidad del suministro y sobre todo permite una recuperación más efectiva en caso de avería».


El gaseoducto sí permitirá un cambio efectivo. «Esta legislatura ha habido un gran cambio en materia energética con una inversión de 500 millones de euros que permiten unir la Península con Eivissa y Mallorca y, en el futuro, Menorca. Es evidente que las centrales de cogeneración dejarán el gasóleo para utilizar el gas», dice.