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Si las paredes del colegio público Antoni Monjo hablaran podrían explicar más de 80 años de historia educativa y sociocultural del municipio. Ahora, los tres edificios antiguos, construidos durante la dictadura de Primo de Rivera, la República y la dictadura de Franco, respectivamente, que conforman el centro darán paso a un nuevo y único edificio escolar de 225 plazas, una reivindicación de la comunidad educativa ante la degradación por el paso del tiempo.

No obstante, las escoles tienen un nombre propio, el maestro Àngel Madrigal, que fue el primer director de la escuela graduada. Ahora, desde el Arxiu i Museu de l'Educació de les Illes Balears (AMEIB) han trabajado en la figura de Madrigal y se prevé que en septiembre se publique «A l'ombra de la pissarra. Àngel Madrigal», una extensa obra sobre la vida del maestro así como un repaso a la vida social, cultural, política y económica de Maria de la época de 1920 a 1936.

Joan Carbonell, miembro del AMEIB, explica que «Àngel Madrigal llegó en 1927 a Maria, donde estuvo hasta 1933. Fue maestro y referente educativo e implantó el certificado escolar».

Carbonell recuerda que «Madrigal encontró una escuela unitaria de niños situada en un edificio de 15 años de antigüedad». El maestro se convirtió en el primer director de la escola de baix que se inauguró en 1928, más conocida como escuela de Ses Nines, e hizo posible que fuera un centro graduado con tres maestros más.

El maestro deja Maria en 1933 -«después de acercar la cultura y la educación», en palabras de Carbonell- y será fusilado en 1936 en el Puerto de Santa María, en Cádiz. «Desde entonces, intentaron borrar su nombre de la historia, como si Àngel Madrigal nunca hubiera existido. Desapareció su documentación que fue sustituida por la de otro maestro», manifiesta. «Lo único que hizo fue ser un defensor de la educación durante la República y estar implicado en los casos educativos. Por esto, propondremos que el nuevo centro educativo lleve su nombre».

Después de la inauguración de la escola de baix en 1928, a partir de 1932 se buscan terrenos para construir otro centro. «El Ajuntament quería comprar los solares de la era d'en Cotó pero no hubo acuerdo y se decantaron por adquirir la finca de Son Elionor. Es curioso porque en estos terrenos, tantos años después, se construye ahora la nueva escuela», añade.