Panorámica de Llubí. El pueblo contará con una autovía cuyas obras comenzarán a mediados de enero. | A. Hernández

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El Consell de Mallorca prevé iniciar a mediados de enero las obras de la variante de Llubí, que permitirá desviar el tráfico de vehículos entre Inca y Santa Margalida por fuera del núcleo urbano. De cumplirse el calendario -el plazo de ejecución fijado es de 14 meses y medio-, la vía podría inaugurarse en marzo de 2012. El proyecto cuenta con un presupuesto de 4,5 millones de euros.

Las obras están ya licitadas y el Consell mantiene que su comienzo «es inminente». La vía, de nueva construcción, tendrá una longitud de 2.800 metros y enlazará los puntos kilométricos 7,4 y 10 de la carretera que Inca-Santa Margalida (Ma-3440) por el sur y el este de Llubí. La calzada medirá 10 metros de ancho (2 carriles de 3,5 y 1,5 metros cada arcén).

La variante tendrá al menos tres rotondas: una en la entrada de Llubí llegando desde Inca, en las proximidades del cementerio; otra en la salida del pueblo en dirección a Santa Margalida, y una tercera al sur del campo de fútbol que conectará con la carretera vieja de Llubí a Sineu. Todavía no se ha decidido si se hará una cuarta rotonda -en lugar del puente proyectado- al este de la barriada de s'Arraval, en el camino viejo de Maria de la Salut.

Prolongación

El Consell prevé, para más adelante, prolongar la variante por el norte de Llubí hasta conectar con la carretera que une la población con Muro y sa Pobla. De hecho, el Plan de Carreteras del Consell incluye eje norte-sur entre Sineu y sa Pobla que, de ejecutarse, aprovecharía parte de la nueva variante y supondría el ensanchamiento de las pintorescas y modestas carreteras Sineu-Llubí y Llubí-sa Pobla. Dicho eje cuenta con la oposición de varias entidades ecologistas.

Asimismo, también existe otro proyecto para ensanchar y adecuar la carretera Llubí-Santa Margalida. Estas obras completarían la renovación de la red viaria que une la zona de Son Serra de Marina y Can Picafort con Inca.
La construcción de la variante de Llubí supondrá expropiar terrenos de al menos 30 fincas rústicas (cultivos de cereales y almendrales, básicamente). Sin embargo, y pese a su innegable impacto, el proyecto cuenta con la aprobación de todos las formaciones políticas con representación en el Ajuntament de Llubí.