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Coloma Terrasa es desde ayer la nueva alcaldesa de Alcúdia, la primera mujer en la historia que consigue estar al frente del Consistorio. La abstención de su socia de gobierno, la concejala electa por el PSM, Carme García, provocó que Terrasa fuera ayer elegida alcaldesa en minoría con los 8 votos del PP.

Pere Malondra, candidato a alcalde por el PSOE, recibió también ocho votos, cuatro de su partido y cuatro de Convergència, de manera que se aplicó el artículo 196 de la Ley de Régimen Local que establece que en caso de que ningún candidato a alcalde sea elegido por mayoría absoluta, será nombrado alcalde el candidato de la lista electoral más votada, en este caso la del PP.

Carme García (expulsada del PSM tras cerrar un pacto de gobierno con el PP el pasado martes) decidió finalmente abstenerse en la votación por recomendación de sus asesores jurídicos, que estudiaron a fondo la nueva ley antitransfuguismo.

Compromiso

«Es un honor para mí representar al pueblo de Alcúdia, me comprometo a hacerlo con la máxima responsabilidad, transparencia y respeto, representamos el cambio que Alcúdia ha querido, esperamos no decepcionaros y poder presentar un buen balance de aquí a cuatro años», dijo Terrasa tras prometer su cargo.

Carme García, que quedará en el grupo mixto tras perder las siglas del PSM, explicó el sentido de su voto: «En ningún momento he sido una tránsfuga, no he dejado un partido para irme con otro, si bien el martes puse mi carnet del PSM a disposición del partido porque no me veía con coraje de hacer lo que ellos me proponían... lo más limpio si no queríamos pactar con Convergència y el PSOE era decirlo claramente y si queríamos gobernar con Coloma Terrasa decirlo con la misma claridad, pero la decisión debía ser decidida y con fuerza, no una decisión a medias tintas, decidí hacer un acuerdo de gobernabilidad con Coloma Terrasa porque no me parecía ético votarme a mí misma y dejarla gobernar en minoría para cuatro meses después volver a remover el pueblo para entrar a gobernar con ella».

El pleno estuvo cargado de tensión. Se escucharon aplausos y algunos abucheos durante las diferentes intervenciones. Convergència invitó al PP a gobernar en minoría dejando al margen a García.