La alarma la dio uno de los propietarios de Son Puça de Baix, Ramon Oliver, que riega naranjos, limoneros y hortaliza a partir de una gran alberca de unos 300 metros cúbicos en la que viven casi un centenar de peces -carpas y anguilas- además de una gran cantidad de gambusias. Aunque el sábado por la noche la situación era de normalidad, a primera hora de la mañana del domingo todos los peces aparecieron muertos.
El depósito se alimenta solamente de la acequia de los regantes. Se da la circunstancia que desde hace unas semanas por esta acequia se distribuye agua procedente de la depuradora con tratamiento terciario. Aunque técnicamente esta agua es apta, su utilización se adoptó durante una reunión del sindicato por votación mayoritaria ya que algunos de los regantes -sobre todo los que tienen hortalizas- mostraron su desacuerdo.
Vertido
Sin embargo la investigación no se centra solamente en un posible mal estado del agua depurada ya que el Seprona, además de tomar muestras en otras albercas, investiga también si el origen de esta contaminación podría estar en un punto de la red muy alejado, donde el sindicato de riegos detectó hace unos días un vertido de aguas negras. El sindicato ya puso en conocimiento del Ajuntament este vertido la semana pasada.
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