El alcalde, Biel Serra (PP), explicó que «después de que las obras hayan estado un año y media paradas por falta de pago, el Ajuntament ha llegado a un acuerdo con la empresa para elaborar un calendario y abonar los 817.000 euros de deuda acumulada a plazos. La empresa ha renunciado a pedir daños y perjuicios».
Una vez resuelto el contrato, la intención del equipo de gobierno es habilitar el pabellón para que «entre en funcionamiento en febrero», dijo Serra, que añadió que «se ha rescindido el contrato de manera urgente porque el 31 de diciembre termina la prórroga de una subvención del Plan E de 50.000 euros para equipar el pabellón».
Ahora el Ajuntament adecuará el pabellón y lo dotará de mobiliario «además de realizar la instalación eléctrica que no se contemplada en el proyecto», acabó Serra.
Desde la oposición, tanto Margalida Vidal (PSM) como Joan Josep Capó (Lliga) opinaron que la rescisión de contrato era lo más conveniente para el pueblo.
Por su parte, el socialista Lluís Socias (el único que se abstuvo en la oposición) dijo que «sólo queda ejecutar el 13% de la obra» y criticó la «actitud hostil de la empresa».
Joan Comes (IxSP) recordó la historia del proyecto que él impulsó como alcalde: «El Ajuntament debía recibir 1,2 millones de un convenio con el IDI que no llegaron por lo que el Ajuntament no pudo pagar el 50% de la obra que cuesta 1,7 millones. El otro 50% lo ha pagado el Consell».
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