Pastor escucha atentamente la intervención de Bosch sobre su voto en contra de las alegaciones. | G. Alonso

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La guerra interna que se vive en el PP de Manacor se escenificó ayer en la votación de las alegaciones al anteproyecto de modificación de la Llei de Funció Pública, que promueve el Govern de José Ramón Bauzá, y que relega a simple mérito el conocimiento de la lengua catalana para acceder a la administración pública. Los ediles populares Llorenç Bosch y Antoni Servera se saltaron el guión y rompieron la disciplina de partido votando en contra.

Lo que tenía que ser un apoyo unánime a la defensa del catalán, tal y como se anunció la semana pasada en rueda de prensa con todos los grupos con representación municipal -PP, PSOE, PSM-IV-Entesa, AIPC, ALM y Esquerra- se convirtió en una demostración de fuerza entre las tesis del alcalde Antoni Pastor y las de José Ramón Bauzá.

Los rumores se confirmaron y en el instante de iniciarse el debate sobre las alegaciones, el senador Bosch -sentado junto al presidente del PP de Porto Cristo, Antoni Servera- desenfundó de su cartera el programa electoral con el que Bauzá se presentó a las elecciones autonómicas. Tras las felicitaciones por el consenso unánime entre todas las formaciones, Bosch solicitó la palabra al alcalde. Pastor, leyendo la jugada, avanzó que la votación sería a mano alzada.

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El senador defendió que el programa electoral del PP «apostaba por el catalán como mérito salvo excepciones» y que advirtió que no se podían «saltar a la torera» el programa con el que se presentaron a las elecciones, además de declararse «tan mallorquín como el que más».

'Exhibición'

Además, Bosch criticó la «exhibición» realizada por Pastor en defensa de la lengua catalana, «hay otros lugares más idóneos», y explicó que «en el anteproyecto se prevé excepciones como requisito para profesores o atención pública». Finalizó recordando que «si se ataca la Llei de Normalització Lingüística se puede hablar del tema».

Por su parte, Pastor lamentó la falta de apoyo de Bosch y Servera y aseguró haberse enterado en ese mismo momento de sus intenciones. «Me duele esta actitud cuando se les ha informado de todo, se trata de una doble decepción y cada uno actúa como cree, estamos defendiendo un ataque a nuestra lengua e identidad», todo, ante la estupefacción de los partidos de la oposición.