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La finca pública de Son Real echa el cierre de manera progresiva. Si hace apenas un mes trascendía la noticia de que el centro de interpretación y las oficinas de información ubicadas en la finca pública gestionada por la Fundació Balears Sostenible cerraban al público los fines de semana por falta de personal, los recortes se amplían ahora y se extienden a todos los días de la semana.

Las oficinas y el centro de interpretación inaugurado la legislatura pasada están cerrados con llave de manera permanente desde hace semanas.

Las barreras de acceso a la finca situadas justo al pie de la polémica bandera española instalada por orden del fundador del Círculo Balear y presidente de la Fundació Balears Sostenible, Jorge Campos, también están cerradas (estas sin echar la llave) incluso en el horario oficial de visitas, de 10 a 17 horas lo que genera confusión entre los visitantes, muchos de los cuales no prueban a abrir y se marchan sin llegar a acceder al interior de la finca.

La Conselleria de Turisme, de la que depende la Fundació Balears Sostenible, no se ha pronunciado oficialmente sobre el asunto desde que comenzó tras las elecciones el cierre progresivo de servicios en la finca pero el desmantelamiento de Son Real corre como la espuma en Santa Margalida. El alcalde, Miquel Cifre, ha pedido al Govern y al Consell la celebración de una cumbre de las tres instituciones que defina el futuro de este espacio que es emblemático para el municipio pero también para el resto de la Isla y es que contiene restos patrimoniales y etnológicos de carácter único.

«Pueden decir que no han echado la llave pero es evidente que nadie va a entrar si ve las barreras totalmente cerradas», lamentaba ayer el alcalde Cifre que hace solo dos días le pidió a la presidenta del Consell, Maria Salom, durante una visita oficial a Santa Margalida que como presidenta de la institución insular velara por el no desmantelamiento de la finca.