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El conseller de Turismo, Carlos Delgado, ha criticado hoy a los políticos de la oposición por participar en la cadena humana celebrada el pasado domingo contra el proyecto de construcción de un hotel en Sa Rápita, ya que en la protesta se dañaron las dunas del área protegida que exigían preservar.

«Muy buen ejemplo de protección del medio ambiente», ha ironizado Delgado en respuesta a los reproches por su apoyo al proyecto formulados tanto por el PSIB como por el PSM-IV-ExM i Més per Menorca, que consideran ilegal la modificación del Plan Territorial de Mallorca que permite la edificación del hotel.

El conseller ha señalado en el turno de preguntas del pleno del Parlament que la polémica en torno al proyecto hotelero «creada» por los grupos de la oposición ha generado «una serie de daños colaterales» que ponen en peligro una iniciativa «de profundo interés para campos».

En su opinión, los partidos de izquierda han generado con sus críticas mala imagen exterior, han puesto en duda la seguridad jurídica y han llegado a dañar directamente el espacio que pretenden proteger aparcando sobre el carril bici de Sa Rápita y pisando las dunas cuando acudieron a la manifestación convocada por el Gob.

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El diputado del PSIB Cosme Bonet ha acusado a Delgado de mentir cuando aseguró que la declaración de interés autonómico para el proyecto hotelero no comportaría ninguna reforma normativa, ya que ha requerido de la modificación «ilegal» del Plan Territorial de Mallorca.

A su juicio, esa corrección del programa urbanístico insular es una muestra del «urbanismo a la carta» del PP, que entiende la seguridad jurídica como «la adaptación de la norma a los intereses particulares».

El representante del PSM-IV-ExM i Més per Menorca Antoni Alorda ha negado la afirmación del conseller de Turismo de que tanto su grupo como el PSIB votaron a favor del proyecto en el Ayuntamiento de Campos y en el Consell Insular y ha recordado que aún será preciso modificar la normativa municipal para impulsar el proyecto.

El diputado nacionalista ha lamentado «el desprestigio» internacional que supone urbanizar en las inmediaciones de las playas de Es Trenc y Sa Ràpita, y le ha pedido que atienda la demanda de los miles de personas que se manifestaron contra la construcción del hotel.