El proyecto se gestó en la pasada legislatura con una subvención del Plan E de unos 55.000 euros. Pero permaneció inoperativo durante un tiempo y no se puso en marcha hasta el mes de septiembre de 2011. El objetivo era dinamizar el centro neurálgico de la localidad los fines de semana.
Hay tres aparatos en los accesos a la plaza de Sant Joan. Los pilones se subían y bajaban automáticamente a través de un reloj. Sólo podían acceder los vecinos a través de una tarjeta. Pero justo el primer fin de semana hubo una serie de accidentes dejando inactivos los aparatos.
Desde el Ajuntament se decidió no utilizar este sistema y dejar el centro cerrado cuando haya alguna celebración o festivo. En este caso a través del ordenador la policía levanta los pilones y los vecinos deben llamar para que se los bajen.
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