Un grupo de bomberos ha recibido a José Ramón Bauzá y María Salom con abucheos. | Antoni Pol

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El Dijous Bo de ayer fue un claro reflejo del malestar actual de la sociedad con la clase política. Lejos de realizar un recorrido tranquilo por la Fira de les Fires, las autoridades locales y supramunicipales estuvieron acompañadas en todo momento por los silbatos y las quejas de unos 40 funcionarios de Bombers de Mallorca que, durante tres horas, acompañaron a los políticos por todo su recorrido por el Dijous Bo, dejando patente a cada paso su malestar por los recortes.

A las quejas de los bomberos también se añadieron un gran número de personas que ayer visitaron el Dijous Bo y, de manera espontánea, hicieron saber sus críticas y quejas a las políticas que lleva a cabo el president del Govern, José Ramón Bauzá, que fue abucheado durante todo su recorrido por la feria. La presidenta del Consell, Maria Salom, y el presidente del Parlament, Pere Rotger, también recibieron gritos e insultos.

De hecho, ni Bauzá ni Salom terminaron la vuelta prevista y a las 13.30 horas abandonaron la ciudad de Inca. Los bomberos también decidieron poner fin a sus protestas bajo los aplausos de un gran número de visitantes al Dijous Bo que les mostraron así su apoyo. Debido a estas protestas, la comitiva estuvo más protegida que nunca. Cerca de 30 agentes (Guardia Civil, Policía Local y seguridad privada de Bauzá) vigilaron y controlaron a los manifestantes, además de abrir paso a las autoridades.

Por otra parte estaba Pere Rotger. El presidente del Parlament y exalcalde de Inca, imputado en el ‘caso Over', no pudo contener ni la emoción ni las lágrimas. Después de recibir los abrazos de Bauzá y del alcalde, Rafel Torres, Rotger sentenció: «Me siento muy apoyado», y dijo: «He sido un alcalde muy valorado y querido, y si me hubiera vuelto a presentar, ahora hablaríais con el alcalde de Inca».