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Los propietarios de las fincas de Can Pontico y Ca na Borrassa (entre ellos, el alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre) solicitan al Consell de Mallorca que habilite el trazado originalmente previsto en la ruta de pedra en sec entre Lluc y Pollença y que se desvía «provisionalmente» por la carretera vieja de Lluc a la espera de que se habilite una pasarela sobre el torrente de Son March.
El recorrido, ideado por el Consell de Mallorca en 2007, permitiría el paso de los excursionistas a través de dicha pasarela hasta el camino de Can Pau para conectar desde allí de nuevo con la carretera vieja hasta el refugio del Pont Romà sin necesidad de pasar por las fincas de Ca na Borrasa y Can Pontico que el Consell obliga a mantener abiertas.
Cifre defiende esta alternativa «porque es más segura para los excursionistas, que no tendrían que cruzar la carretera actual de Pollença a Lluc, mientras que si se sigue el trazado de la carretera vieja que fue aprobado por el Consell tienen que cruzar esta vía hasta en cuatro ocasiones».
Cifre solicita además que se desafecte el tramo de su propiedad que ha sido incluido en la delimitación de la carretera vieja aprobada por el Consell de Mallorca y contra la que ha interpuesto un recurso.
Adjudicada
Fuentes de la Conselleria de Medi Ambient del Govern y de la conselleria insular de Medi Ambient, confirmaron ayer que existe el proyecto de construir la pasarela.
Dicho proyecto, que debía ejecutar Abaqua (organismo dependiente del Govern) llegó incluso a adjudicarse hace dos años a una empresa constructora pero está parado a raíz de un informe del departamento de Recurs Hídrics.