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Acudió a la primera llamada de su amo sin pensárselo dos veces. Macario toma el relevo del mítico Rasputín en la tradicional bajada del campanario con motivo de las fiestas de Sant Antoni en Mancor de la Vall.

Mancor representa desde 1981 con un cuervo vivo el episodio de la cultura cristiana según el cual unos cuervos alimentaron a Sant Antoni y Sant Pau cuando los santos estaban a punto de morir de hambre en el desierto. Habitualmente el cuervo Rasputín (fallecido hace unos meses) descendía del campanario de la iglesia parroquial enganchado a un pan que a su vez estaba atado a una cuerda pero los animalistas denunciaron en 2012 la celebración al considerar que incumplía la Ley de Protección Animal.

La alternativa para seguir celebrando la fiesta pasa este año por que el cuervo vuele «libremente» y la opción elegida ha sido un cuervo amaestrado, Macario, de una empresa que trabaja realizando exhibiciones con rapaces. Cumplió sin sobresaltos ni incidentes.