Una medida que para el regidor de Esports de la localidad, Jaume Martorell, se debe a que «las instalaciones llevan muchos gastos de mantenimiento general y hay un gasto energético al que el Ajuntament debe hacer frente. Estas tarifas no servirán para autofinanciar los recintos deportivos pero al menos sí para pagar una parte».
Así, por el pabellón, los usuarios tendrán que pagar 30 euros la hora para utilizar toda la instalación y 20 euros la hora si sólo se quiere hacer uso de una pista transversal. En cuanto al campo de fútbol de césped, el precio es de 45 y 30 euros la hora para el fútbol 11, y 30 y 20 euros para el fútbol 7.
Además la diferencia de precios depende de si se hace uso o no de la iluminación.
Esta medida aplicada en Porreres, ya se está utilizando en otros municipios que han visto como tienen que ser los usuarios los que tienen que ayudar a sufragar los gastos por la utilización de las instalaciones deportivas municipales.
Martorell apunta que «sé que puede parecer una medida impopular pero es del todo necesaria. Creo que tal vez lo que no era normal es que el uso fuera gratuito y no sólo por los elevados gastos que supone mantenerlas sino porque si la gente paga una tarifa sólo las utilizará la gente que realmente quiere hacer deporte y que respete las instalaciones».
A la vez las entidades deportivas del municipio no tendrán que pagar por el uso de dichas instalaciones. Una medida que otros municipios también aplican. En cambio otros pueblos siguen aún cediendo las instalaciones a los usuarios de manera gratuita.
2 comentarios
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I es que penture són un luxe. No és car quan no paguen el que val. Així que qui vol peix que es banyi el cul. El manteniment i la iluminació val el que val, i lo més just es que ho paguin els que ho empleen. I si ho troben car que juguin a bolls o al parchis que és més barato.
No m'agrada la mesura però la situació tal vegada ho requeresqui. Està bé en la mesura de ser una taxa, i només repercutirà damunt els que vulguin emprar les intal•lacions. Ara, trob que els preus són cars. Una cosa és ajudar a l'Ajuntament, i l'altre convertir les instal•lacions en un luxe del qual només en gaudiran uns pocs