Las flores pusieron la nota de color a un día primaveral. | Maria Nadal

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Un año más, y con este ya van veintiséis, la Mostra d’Artesania que llena el Claustre de Muro se convirtió ayer en el reclamo de la feria de Sant Francesc de la localidad. El buen tiempo también propició a que los vecinos salieron a la calle para recorrer el recinto ferial.

Mientras que en las calles cercanas al Claustre se podían contemplar exposiciones de coches y motos antiguas o adquirir alguna planta, en el interior del histórico edificio los visitantes se encontraban con un gran surtido de productos artesanales. También había exposiciones de las manualidades que se llevan a cabo en el aula de adultos.

Ya en la avenida Santa Catalina Thomàs, los más pequeños y no tan pequeños disfrutaban con la amplia exposición de animales vivos a cargo de Natura Parc. Por su parte, la Associació Ovella Roja llevó a cabo diferentes muestras de esquilar ovejas de manera tradicional (con tijeras) y también con una técnica neozelandesa con máquinas.